
ELKO, Nevada.- La ira, la devastación y la preocupación por sus pacientes se apoderaron de la doctora Bridget Martinez cuando se enteró de que iban a cerrar su programa de capacitación de residencia en la zona rural del noreste de Nevada.
La residente recordó haberle dicho a uno de sus pacientes que, para julio de este año, ya no sería su médica. Martinez había estado tratando al paciente durante meses en un centro local por una variedad de problemas físicos y mentales.
“Estaba como, ‘No sé lo que voy a hacer’”, dijo Martínez. “Diría que casi la hizo retroceder al punto de partida. Es muy angustioso para un paciente”.
Martinez y otros tres médicos residentes constituyen más de un tercio de los proveedores de medicina familiar en una clínica de salud en Elko, una ciudad de unos 20,000 habitantes en el tramo mayormente rural de 500 millas entre Reno, Nevada, y Salt Lake City.
Otra paciente lloró y dijo que no estaba segura de quién sería su proveedor una vez que Martínez regresara a Reno para terminar su residencia.
Establecido en 2017, el programa de capacitación en medicina familiar rural en Elko está cerrando por una variedad de razones: dificultades financieras, la falta de un…
